Es la pregunta que con mayor frecuencia me hacen quienes tienen aspiraciones electorales. La respuesta es inmediata: al día siguiente de conocido los resultados electorales.
Se debe evaluar los resultados obtenidos e iniciar un debate interno acerca de aciertos y desaciertos. De igual manera, trazar una línea de acción frente al gobierno que va a iniciar. Saber si se es oposición o colaborador de éste; si se tendrá posición crítico-constructiva o sólo propositiva, entre otras.
Alfonso López Pumarejo definió la oposición como un gobierno en ciernes
. Esto implica definir de qué manera actuaría el partido o movimiento político frente a temas determinados si fuera gobierno. Darles a los electores siempre la percepción de que, si hubieran elegido al candidato de ese partido, las cosas serían mejores.
Luego de hacer el análisis autocrítico por parte del partido o movimiento político, el paso siguiente es revisar las promesas de campaña del actual gobernante. En Colombia, a los elegidos se les evalúa por lo que prometen, más que por lo que hacen. El voto es programático, es decir, se vota por un programa de gobierno e incumplirlo es causal de revocatoria del mandato. Conocer ese programa de gobierno es esencial para ir señalando los puntos en los cuales el mandatario está incumpliendo y así trazar el derrotero de la próxima campaña electoral, que, incluso, podría ser anticipada si se llegara a dar la revocatoria del mandato.
Las estructuras políticas son esenciales, son la columna vertebral de una campaña política y, por ende, el corazón de una campaña electoral; es la fábrica del triunfo electoral. Construir un mensaje, conseguir activistas voluntarios y dinero para financiar una campaña electoral no es tarea de un día ni de una persona, sino que es el esfuerzo mancomunado de un colectivo que se muestra como alternativa de poder.
Por las anteriores razones, la campaña política debe iniciar al día siguiente de conocidos los resultados electorales.